Archive: 29/11/2017

DONAN LA IMAGEN DEL SEÑOR DE LA HUMILDAD AL SANTO ÁNGEL

DONAN LA IMAGEN DEL SEÑOR DE LA HUMILDAD
PARA LA IGLESIA DEL SANTO ÁNGEL DE SEVILLA.
Vestida por Vitorio y Lucchino.
Todo parece una coincidencia, pero no es así. Encargada para un domicilio particular, la Imagen de Jesús de la Humildad se presentó durante unos días en nuestra Iglesia del Santo Ángel de Sevilla. Ha sido tallada por el joven imaginero Antonio Luis Troya, una promesa para la nueva escultura sacra. Durante este tiempo numerosos fieles han rezado ante la Imagen, la familia que encargó la obra al ver la emoción y devoción con que rezaban ante ella, decidieron donarla a la comunidad para que recibiera culto en nuestro templo.
Además, esta familia suele participar en las celebraciones de la Eucaristía los fines de semana, ya que viven, como el escultor, en la ciudad vecina de Dos Hermanas.
Llegó vestido de blanco, bajo las indicaciones del P. Juan Dobado sobre su iconografía, y con la ayuda de los diseñadores sevillanos Vitorio y Lucchino, que regalaron el terciopelo de Lyon, se presentó como Eccehomo, con clámide, el sudario ensangrentado y la caña. Fue vestido por D. Sergio Cornejo y los diseñadores Vitorio y Lucchino.
Y no es coincidencia, sino providencia. Se presentó el domingo de Cristo Rey ante los feligreses que llenan las misas de nuestra iglesia el fin de semana, causando un impacto devocional al entrar en el templo.
«Aquí tenéis al hombre»
La Imagen ha llamado la atención por su calidad artística y por representar el momento en que Cristo, después de sufrir la flagelación y coronación de espinas es presentado al pueblo por Pilato. Ante él resuenan las palabras de Pilato: Eccehomo, o «¿Tú eres Rey?».
El tratamiento de la policromía es exquisito, destacando el brillo y expresividad de los ojos, que buscan al que lo contempla. la talla de la cabeza es minuciosa en los delgados mechones de pelo o en el trenzado de la corona de espinas.
La Imagen está dotada de movimiento, avanzando con la pierna izquierda, y girando el cuerpo hacia la derecha, con lo que dota de gracia la composición.
Su contemplación nos introduce de lleno en la experiencia mística de Santa Teresa de Jesús, nuestra madre. Ponerse delante de Él es recordar los textos teresianos de «Cristo muy llagado» o «No os pido más de que le miréis».
Hay imágenes que encajan a la perfección en determinados lugares y en otros no, es lo que ha pasado con el Señor de la humildad, llegó para quedarse.
Ya se imaginan que pronto lo podamos ver en diálogo con nuestra Santa Madre Teresa de Jesús.